lunes, 13 de julio de 2015

Espacios para el trabajo creativo


 Oficinas de Caixa Bank en La Diagonal, Barcelona, Estudio Rifé Arquitectos, 2013
Las oficinas se han diseñado buscando crear un clima de mayor cercanía entre el cliente y el banco.  El empleado del banco no atiende las visitas detrás de una mesa sino que sale al encuentro del cliente, lo hace sentir como en su casa...

Esta área se dedica a las conversaciones que requieren más privacidad, de todos modos el interior se trasluce desde las zonas de espera. El uso de moqueta en el suelo ayuda a reducir la trasmisión del ruido y da un aire más acogedor.

Estas son las oficinas del Barbarian Group en Nueva York, diseño de Clive Wilkinson Architects, obra realizada en 2014. Espacios diseñados con mucha creatividad --que a su vez la estimulan en su interior-- espacios abiertos que facilitan la comunicación e intercambio entre los trabajadores. Los espacios se han delimitado con paneles curvos de contrachapado de pinotea cortados al láser.



El nuevo Centro de Innovación de Steelcase en Grand Rapids, Estados Unidos, apuesta por una forma de trabajo colaborativa a través de espacios abiertos.  Se han creado espacios de distintos tamaños y con equipamientos diferenciados, que los trabajadores pueden  elegir de acuerdo al tipo de actividad que necesitan realizar.   No hay un puesto fijo de trabajo, hay varios espacios disponibles.  Interacción y  flexibilidad son las premisas básicas.


En primer lugar dejo claro que, según mi perspectiva, el trabajo creativo no se circunscribe únicamente al de artistas, diseñadores o arquitectos. En segundo lugar, a esta altura de nuestra evolución cultural, el único trabajo creativo que aún es realizado en forma individual, al menos en la gran mayoría de casos, es el de los artistas. Los demás trabajos son colaborativose interdisciplinarios, razón por la cual últimamente se imponen los espacios flexibles, que brindan sentido de pertenencia al grupo, identidad, motivación y orientación. Los nuevos espacios deben ayudar a la cohesión de los equipos de trabajo, facilitando la comunicación y la colaboración, ofreciendo espacios para el trabajo individual, grupal y colectivo, como asimismo espacios para el descanso y la reflexión individual. Estudios realizados recientemente concluyen que con un buen diseño de los espacios de trabajo se puede conseguir entre un 25 y un 30 % más de productividad. Las empresas lo saben y están comenzando a ver la mejora de sus espacios de trabajo como una inversión para aumentar la innovación y la competitividad.

Con la globalización y la inmediatez que nos brinda Internet, la aceleración del intercambio de información que esto conlleva, es difícil competir siendo solamente más eficiente: lo que genera valor es la creación de propiedad intelectual. Y para lograrlo se requiere una nueva cultura del trabajo. Es necesario recuperar al ser humano como centro. Es necesaria la colaboración; es necesaria la interdisciplina. Los antiguos mecanismos de control jerárquicos tienen que relajarse y dejar que una potente cultura empresarial guíe a los equipos a través de sus valores.

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